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Sé que caí en el cliché de su representación rodeada de senos y piernas abiertas,
la relación más directa a la imagen que podemos encontrar de Henry Miller
en la red o de lo que boca a boca se expresa de él.
Cuando encontré el libro –edición Alfaguara de 1980 con una ilustración en puntillismo
de una mujer mostrando el pecho y una tipografía de trazo burdo,
muy llamativa– me llamo el morbo. Enrique (con quien iba paseando por las calles)
me dijo: lee cualquier cosa y te darás cuenta, «... Aquí estamos todos solos y estamos muertos»
decía al final de las primeras líneas. Decidí llevarme la bonita edición.
No sé, cada quien crea la impresión que quiere de los libros escritos y sus autores
(incluso sin leer su obra completa, como es mi caso). Lo ilustré por el placer de hacerlo
(me pareció buen tipo), por un porcentaje de empatía con algunos pensamientos «indecentes»
leídos y esa apatía sincera/natural que todos llevamos al extremo en algún momento
de nuestra vida. Mas allá del contexto sexual del que está cargado su discurso;
letras sin censura, monólogos internos viscerales, desencanto existencial,
sinceridad malvada y humana. Muchas cosas que en su tiempo no daban con el humor
de lo que venía siendo «lo correcto».
[Detalles]
Fotografía de referencia para el rostro - http://hilobrow.com/2012/02/08/idle-idol-henry-miller/